No pretendo que este relato quede ñoño y repipi,
principalmente porque tanto el protagonista como quien lo firma no lo somos
para nada.
No recuerdo con exactitud cuándo este tipo pasó de ser José
Luis Poblador a “Pobla”, supongo que debió ser al notar que cada tarde, a eso
de las 19.15, dejaba entornadas las puertas de mi vida para que él las abriera
y pasara sin llamar. Es lo que tiene ser de Carabanchel. No voy a pecar de
necio y decir que era su oyente más fiel porque faltaría a la verdad. Su (o
mejor dicho, nuestro) “En Juego” sólo lo disfrutaba cuando mi tiempo me lo
permitía y con una pequeñaja en casa se hacía aún más complicado, pero en cada
baño o en cada potito de mi princesita siempre había un transistor cerca para
oír “mi” programa.
Siendo él de Carabanchel y yo de Vallecas, como él mismo ha
reconocido muchas veces, el cruce de caminos era inevitable. Recuerdo
perfectamente cuando le conocí. Fue en una entrega de premios de la Peña
Rayista 2004, y para mi sorpresa, me dijo sin que nadie nos hubiera presentado:
“tú eres Leva”, y nos dimos un abrazo. Lo siguiente que me soltó fue un “¿tú
fumas?”; pregunta con trampa, porque sin tiempo para responderle ya me había
dicho “yo sí, así que vamos a la calle a echarnos un cigarrito”.
Meses después, junto a parte de mi “familia rayista”, me invitó
a aquel programa que escuchaba yo entre cambio y cambio de pañal, invitado
junto a Cobeño y Piti, días después del Tamudazo. Si para mí ya era la rehostia
ir a ver radio “en directo”, cuando llegué y me dijo que me sentara a su vera
para, durante una hora, hacerme tan protagonista o más que dos cracks que van a
jugar en Primera División el año siguiente, hizo que me sintiera como un crío la
noche de Reyes.
Desde entonces el contacto fue continuo, llegando incluso a “hacerme
debutar” en la radio con un sección propia de cinco minutillos para decir un
par de graciejas. La sección, Top Five, se convirtió en fija cada lunes, tuvo
su sintonía y los cinco minutillos pasaron a ser quince o veinte, dependiendo de las ganas de
“zascas” que tuviéramos. Incluso en los lunes en los que hubo parones en
aquella nuestra radio, la sección se respetó para mi sorpresa, porque yo
entendía que había noticias más importantes que mi Top Five. Pobla jamás consintió
que me quedara sin hacerlo. Ante cosas como estas, yo sólo podía devolverle
este cariño en forma de gratitud, luchando y peleando por salvar nuestra radio.
Algunos dirán que no sirvió de nada, pero a mí me enseñó un
montón de cosas. Si bien antes no supe poner fecha al paso de José Luis
Poblador a Pobla, el cambio de Pobla a “mi hermano Pobla” se produjo durante
todos y cada uno de esos días de incertidumbre, incluido ese fatídico 12 de enero de 2013, día de emociones encontradas, pasé de celebrar la victoria del
Rayo en el vetusto San Mamés a enterarme del despido de mi amigo en cuestión de
minutos, de estar eufórico a no llegar a creerte lo que estás leyendo, a que la
rabia y la impotencia se adueñen de uno.
Desde entonces, y hasta el día de hoy, hemos pasado mil
aventuras y un millón de desventuras. Quizá ganan por goleada las malas o muy
malas, pero ahí hemos estado como dos jodidos titanes resistiendo, incluso nos hemos
dado el gustazo de hacer radio modesta cada miércoles.
Hoy, sin embargo, lo que menos sentido tiene son las dos
horas de radio “pirata” que hacemos. Lo más importante tiene lugar por la
mañana y en un juzgado. Hermano, espero que la jueza esta vez no falle y
acierte, que acierte con lo que tu corazón te pide y sobre todo que puedas ser
dueño de tu futuro, sin mochilas, sin deudas morales, sin capítulos inacabados;
sólo tus huevos, tu capacidad y tus ganas de comerte el mundo.
Sabes que siempre estará el cabronazo del Leva para lo que
haga falta y emprender viaje a Kamchatka, que “es el lugar donde resistir”.
1 comentario:
Después de leer esto, lo único que puedo escribir son palabras de admiración hacia vosotros dos.Para mi, Poblador es un espejo en el que reflejarme.Siempre lo he dicho y siempre lo diré. Y tú, Leva, solo te he visto un dia en mi vida.Ese dia fue el del programa especial en el que el invitado fue Saul Ñiguez.Recuerdo que estaba sentado en un banco a las puerta de la radio y te presentaste.Para mi, fue una clara demostración de la clase de persona que eres.Un señor de los pies a la cabeza y un tio que lleva sus amistades al final del mundo si hace falta.Por eso y por mucho más, espero que aunque yo sea azulón, el programa de RAYOTOTAL siga escuchandose en las Ondas y sigais dando guerra.Un saludo de Tony y que VIVA LA RADIO!
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