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martes, 21 de octubre de 2014

Cruce de Caminos

No pretendo que este relato quede ñoño y repipi, principalmente porque tanto el protagonista como quien lo firma no lo somos para nada.

No recuerdo con exactitud cuándo este tipo pasó de ser José Luis Poblador a “Pobla”, supongo que debió ser al notar que cada tarde, a eso de las 19.15, dejaba entornadas las puertas de mi vida para que él las abriera y pasara sin llamar. Es lo que tiene ser de Carabanchel. No voy a pecar de necio y decir que era su oyente más fiel porque faltaría a la verdad. Su (o mejor dicho, nuestro) “En Juego” sólo lo disfrutaba cuando mi tiempo me lo permitía y con una pequeñaja en casa se hacía aún más complicado, pero en cada baño o en cada potito de mi princesita siempre había un transistor cerca para oír “mi” programa.

Siendo él de Carabanchel y yo de Vallecas, como él mismo ha reconocido muchas veces, el cruce de caminos era inevitable. Recuerdo perfectamente cuando le conocí. Fue en una entrega de premios de la Peña Rayista 2004, y para mi sorpresa, me dijo sin que nadie nos hubiera presentado: “tú eres Leva”, y nos dimos un abrazo. Lo siguiente que me soltó fue un “¿tú fumas?”; pregunta con trampa, porque sin tiempo para responderle ya me había dicho “yo sí, así que vamos a la calle a echarnos un cigarrito”.

Meses después, junto a parte de mi “familia rayista”, me invitó a aquel programa que escuchaba yo entre cambio y cambio de pañal, invitado junto a Cobeño y Piti, días después del Tamudazo. Si para mí ya era la rehostia ir a ver radio “en directo”, cuando llegué y me dijo que me sentara a su vera para, durante una hora, hacerme tan protagonista o más que dos cracks que van a jugar en Primera División el año siguiente, hizo que me sintiera como un crío la noche de Reyes.



Desde entonces el contacto fue continuo, llegando incluso a “hacerme debutar” en la radio con un sección propia de cinco minutillos para decir un par de graciejas. La sección, Top Five, se convirtió en fija cada lunes, tuvo su sintonía y los cinco minutillos pasaron a ser  quince o veinte, dependiendo de las ganas de “zascas” que tuviéramos. Incluso en los lunes en los que hubo parones en aquella nuestra radio, la sección se respetó para mi sorpresa, porque yo entendía que había noticias más importantes que mi Top Five. Pobla jamás consintió que me quedara sin hacerlo. Ante cosas como estas, yo sólo podía devolverle este cariño en forma de gratitud, luchando y peleando por salvar nuestra radio.


Algunos dirán que no sirvió de nada, pero a mí me enseñó un montón de cosas. Si bien antes no supe poner fecha al paso de José Luis Poblador a Pobla, el cambio de Pobla a “mi hermano Pobla” se produjo durante todos y cada uno de esos días de incertidumbre, incluido ese fatídico 12 de enero de 2013, día de emociones encontradas, pasé de celebrar la victoria del Rayo en el vetusto San Mamés a enterarme del despido de mi amigo en cuestión de minutos, de estar eufórico a no llegar a creerte lo que estás leyendo, a que la rabia y la impotencia se adueñen de uno.

Desde entonces, y hasta el día de hoy, hemos pasado mil aventuras y un millón de desventuras. Quizá ganan por goleada las malas o muy malas, pero ahí hemos estado como dos jodidos titanes resistiendo, incluso nos hemos dado el gustazo de hacer radio modesta cada miércoles.



Hoy, sin embargo, lo que menos sentido tiene son las dos horas de radio “pirata” que hacemos. Lo más importante tiene lugar por la mañana y en un juzgado. Hermano, espero que la jueza esta vez no falle y acierte, que acierte con lo que tu corazón te pide y sobre todo que puedas ser dueño de tu futuro, sin mochilas, sin deudas morales, sin capítulos inacabados; sólo tus huevos, tu capacidad y tus ganas de comerte el mundo.


Sabes que siempre estará el cabronazo del Leva para lo que haga falta y emprender viaje a Kamchatka, que “es el lugar donde resistir”.


sábado, 6 de septiembre de 2014

Todos con Fonsi

Vivimos en un mundo en el que cada uno de nosotros dedicamos un preciado y precioso tiempo a diario a quejarnos de nuestra mala suerte, de nuestros problemas, en definitiva de los males que nos asolan a diario; sin embargo apenas dedicamos un instante los que somos padres por ejemplo a dar las gracias -a quien creamos conveniente cada cual- por tener unos hijos que crecen sanos y fuertes, sin ningún tipo de problema.

Para ello, tan sólo basta con un simple vistazo a nuestro alrededor, para ver que por desgracia hay críos que nacen con multitud de problemas, problemas a los que ni siquiera la ciencia sabe dotar de un nombre. 

Este último, es el caso de nuestro pequeño GRAN protagonista, Fonsi, un nene de 5 años con Síndrome Polimalformativo con cuadro de apnea grave, nombre que le pusieron porque desconocen al 100% el síndrome que padece, creen que podría ser el de Say Beiber Young Yang Simpsons, pero al tratarse de un caso tan especial el suyo que sólo lo padecen él y cuatro personas en Australia, no se investiga para tener certeza absoluta.

Hace tiempo me habían hablado de él y de la lucha que mantenía su familia por hacer frente a los enormes gastos que deben afrontar mensualmente, y gracias a la colaboración de mucha gente hemos ido en la Peña Piti recogiendo miles de tapones que les hemos hecho llegar para que pudieran llegar a conseguir en principio unos audífonos que tanto necesitaba Fonsi, audífonos que se los compró finalmente una de las cientos de personas anónimas que han colaborado. A día de hoy seguimos recogiendo tapones, con los que la familia obtiene una ayuda económica que destina a logopedas, pruebas genéticas, fisioterapeutas y un largo etcétera.



Un buen día recibes una llamada de teléfono de un tipo tan grande como es mi "hermano" Víctor Sevilla, que te propone hacer algo diferente, algo por los demás, echar una mano a alguien que de verdad lo necesita y al que con un poquito de tu tiempo puedes mejorar mínimamente su calidad de vida. 

Enseguida me vino el nombre de Fonsi a la cabeza y Víctor me comentó que llevaba semanas jugando partidos benéficos por toda España en favor de multitud de causas tan bellas como la nuestra con Fonsi, y que le apetecía mucho en esta ocasión que el partido fuera en Vallecas, en nuestro barrio, barrio donde le he visto pasar de ser un mocoso con gafas de culo botella a ser un hombre con un futuro en el mundo de la interpretación brutal.

En ese momento tienes una sensación parecida a cuando haces un puzzle de esos imposibles, cuando después de vueltas y más vueltas por fin esa pieza rebelde encaja perfectamente en su lugar, en este caso encajan perfectamente nuestras ganas de hacer algo tan bonito con la necesidad de una familia a la que tender una mano.

Este verano he tenido la suerte de coincidir con Fonsi y su familia en la playa y os puedo garantizar que Fonsi es un niño que como los críos de su edad, es inquieto, se enfada, ríe, juega y sobre todo desprende toneladas de cariño a una familia que se vuelca en atenderle y en darle todas las atenciones que Fonsi necesita -que no son pocas-. 
Una familia que al igual que nosotros, está tremendamente ilusionada para que el partido benéfico que queremos llevar a cabo sea todo un éxito, ya que sin dar nombres de gente bastante más conocida que un simple agitador de redes sociales como puedo ser yo, les han dejado alguna vez en la estacada, con promesas que se las ha llevado el viento al final.



Gracias a la colaboración del Vallecas C.F. que nos cede las instalaciones, gracias a Vicente Cervera que es un poco el ángel de la guarda que está currando en la sombra y gracias a muchos amigos que nos apoyarán ese día, el partido saldrá adelante y estoy convencido de que será un tremendo éxito. Aún no tiene fecha fijada, pero al 100% será el sábado 20 de Septiembre o el domingo 21 de Septiembre, en horario por confirmar.

Por si alguno se va a echar atrás pensando que van a tener que ver al torpón Leva dando patadas a un balón o incluso al suelo, prometo que yo no voy a jugar y dejaré a actores, cantantes y ex deportistas que sean los que hagan las delicias de los allí presentes.
Lo que si haré seguro es disfrutar de un evento que me hace una ilusión como pocas veces me había hecho algo.

Ese fin de semana tenemos que estar... ¡Todos con Fonsi!