Cuando a uno le ronda por la
cabeza una idea tiene dos opciones, o bien la desecha y no la lleva a cabo, o
si esa idea se repite más de una vez no queda otra que llevarla a cabo cueste
lo que cueste y sea como sea.
Este segundo supuesto es lo que
me suele pasar a mí, cuando algo entra en mi “melón”, no suele salir con
facilidad y aunque pueda sonar a falsa modestia (si suena me la bufa) todas las
ideas disparatadas que han entrado y se han madurado, con el tiempo han
resultado ser bastante positivas cuanto menos.
Por suerte o por desgracia soy de
esos tipos que se va a la cama a dormir y mientras el cuerpo trata de
descansar, el disco duro sigue procesando datos y maquinando, no sería la
primera vez que a las 3 de la mañana me levanto
a coger un cuaderno y a plasmar unas líneas que se acaban de ocurrir y
temo perderlas con el paso de las horas y del sueño.
En una de estas noches, en uno de
estos pensamientos e ideas disparatadas apareció la maravillosa Jornada de
Convivencia que los Pitingos hemos disfrutado este fin de semana con los chicos
de la Fundación Síndrome de Down Madrid, como todas mis jodidas “benditas locuras” como ya las hemos
catalogado mi “hermano Blas” y yo,
visualizo un puzzle de 1000 piezas y “sólo” necesito algunas manos amigas para
ir formando dicho puzzle.
En esta ocasión soy tremendamente
afortunado porque prácticamente he tenido más manos que piezas y gracias a
todos ellos hemos conseguido hacer un puzzle maravilloso del que nos tenemos que
sentir orgullosos todos y cada uno de los que hemos formado de esta aventura,
son tantos que me olvidaría de alguno seguro, pero ellos cuando lean estas
líneas se verán reflejados y sabrán reconocerse.
No sólo quiero acordarme de los
que han estado en “primera línea” sino de los tantos y tantos amigos que se han
alegrado y nos han felicitado por lo bien que ha transcurrido esta experiencia,
gracias a todos vosotros hacemos que hoy unos cuantos chavales sean un poquito
más del Rayo, hayan disfrutado y sobre todo nosotros seamos infinitamente más
felices que hace un par de días, ni mejores ni peores personas, simplemente
felices y esta felicidad es gracias a estos “héroes anónimos”, como Nuria
y su famosa croqueta cada vez que perdía la pelota jugando al fútbol, o Raúl corriendo la banda y gritando “mira la
calidad niño, la calidad”, o ese Diego
esperando de palomero un balón que no llegaba nunca y que no defendía porque
era delantero y punto, o Carlos el
portero “parapenaltys” que ponía el balón de área a área, o quién no recuerda
el baile de Miguel imitando a su
ídolo Michael Jackson, o Hugo con su
cuadro del Rayo hecho por su tía Marimar pidiendo que se lo firmáramos y se lo
dedicáramos por favor, que además hoy ha tenido la suerte de conocer a Víctor Sevilla (Jeco en Vive Cantando),
lo cual le ha convertido a él automáticamente también en un “tío famoso “.
Hace unas horas que hemos
terminado esta Jornada de Convivencia
y ya se echa de menos esos abrazos que juro que los he sentido como pocos en mi
vida, o esas gracias continuas que te daban por todo, o esa sonrisa de
felicidad y vitalidad que nos han contagiado a todos los Pitingos, porque conociéndoles creo que hablo en nombre de
todos cuando escribo esto, de hecho los conozco tan bien que sabía que no iban
a fallar a la cita y que iban a estar al pie del cañón como lo han estado, de
hecho me consta que a los que no han podido participar por trabajo o por
compromisos ineludibles, les ha fastidiado no poder hacerlo y están como locos
por organizar las II Jornadas, sois grandes muy grandes todos y cada uno de vosotros,
si un día decidí fundar o crear una Peña del Rayo Vallecano es por días como
estos y otros que vendrán.
Gracias señores por dejaros
embaucar con mis “benditas locuras”.